La reconocida Coach Agostina Fasanella (Directora Fundadora de Liderarte Consultora) junto a Yanela Biancardi escribieron una nota exclusiva para Eventioz.
Los eventos de motivación son acciones altamente recomendables para las compañías que sueñan con el famoso “buen clima laboral”. Todo cambia, y las generaciones también. Hoy por hoy, la mayoría de los empleados solicitan a sus empleadores hacer “home office” (trabajar desde su casa) y retirarse los viernes antes de las 18. Las empresas conceden estas peticiones en pos de mantener la motivación, pero muchas veces esto no es suficiente y es aquí cuando surgen como complemento las Jornadas de Motivación Outdoor.
Estas jornadas tienen como fin que, trabajadores con distinta jerarquía o que se desempeñan en diferentes áreas, se relacionen entre sí y se vinculen desde otro espacio, distinto al cotidiano.
Dirigidas por Coaches ontológicos nuestra misión es generar mucho más que “un buen evento”, agregamos un plus que trae RESULTADOS TRANSFORMADORES.
Para que esto suceda contamos con un Staff de más de 12 años de experiencia entrenando a personas de más de 10 países. Por eso nuestra clave de éxito es EVENTOS + COACHING.
Siempre recomendamos a nuestros clientes realizar Jornadas Outdoor breves y luego desayunos en la empresa con un seguimiento planificado. Sino la inversión del evento no tiene sentido de trascendencia. Pasados unos meses queda latiendo solamente la experiencia recreativa y se olvidan los aprendizajes que van más allá de lo lúdico.
En estas jornadas trabajamos la confianza e integración del equipo, desarrollamos habilidades de liderazgo, mejoramos la comunicación y destacamos fortalezas a través de diferentes JUEGOS.
¿Cómo lo hacemos?
En una primera reunión detectamos las inquietudes de nuestro cliente y luego de eso elevamos una propuesta abierta a modificaciones, original e innovadora y que ofrece resultados medibles y comprobables.
Luego de la actividad elevamos un informe con todos los detalles de la misma, destacando perfiles de liderazgo, haciendo alusión a las fortalezas y los terrenos de aprendizaje observados, quedando listos para anclar todos los aprendizajes en la etapa de los desayunos. De esta forma, (como dice la canción) “nada se pierde, todo se transforma”.
